Eres como sus ojos,
Grandes ojos del Guadiana,
Te escondes de mi persona
Y apareces de la nada.
Te escurres de forma innata
Para no ser descubierto,
Y aunque intentas rehuirme
Cada noche en mí te siento.
Eres el duende del bosque
Que usurpando mi morada
Regresas a mi cada noche
Poseyendo de mí el alma.
Soy el hada de alma blanca
Que danzando entre las flores
Amanezco con el alba
Entre aromas de ilusiones.