¿Si encontraras en mi piel
cicatrices dibujadas,
y en la noche fría y larga
mi voz no te acompañara?
¿Si mi cuerpo destemplado
junto al tuyo se caldeara,
y fuéramos uno sólo
desde la noche hasta el alba?
Supimos nuestro destino
como una muerte anunciada,
ahora toca ser feliz
a pesar de la distancia.
La lejanía es muy cruenta;
las emociones desgarran
los más puros sentimientos
que el corazón encerrara.
No tengas miedo a sentir
ni miedo a perder tus alas,
debemos sobrevivir
a esta hecatombe del alma.